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El sector agroalimentario genera una gran cantidad de residuos orgánicos durante la producción, transformación y distribución de alimentos. Muchos de estos residuos tienen un alto potencial para ser reaprovechados, pero en la práctica suelen acabar como desechos sin valor añadido. En el marco de la economía circular y la sostenibilidad, se plantea la necesidad de buscar soluciones innovadoras que transformen estos residuos en recursos valiosos, impulsando nuevas cadenas de valor.
Este reto se enmarca dentro de una estrategia de innovación abierta, invitando a actores diversos (emprendedores, investigadores, agricultores, tecnólogos, estudiantes, empresas y ciudadanía) a aportar soluciones disruptivas y sostenibles que puedan escalarse en el territorio.
ADI & SALU, realiza anualmente un elevado número de nuevas contrataciones y finalizaciones de contratos. Actualmente, este proceso se gestiona de forma manual, recopilando los datos de los trabajadores y remitiéndolos por correo electrónico a la asesoría. En la mayoría de los casos, esta información es recurrente y los documentos generados siguen formatos estandarizados. El volumen asciende a más de 5.000 movimientos anuales, lo que además encarece elevadamente el costo externo de la asesoría a más de 40.000 € /año.
En muchos municipios rurales, especialmente en fines de semana y festivos, el acceso a instalaciones deportivas se ve limitado por la falta de personal municipal. Espacios como pistas polideportivas, centros culturales o albergues permanecen cerrados, a pesar de estar construidos, debido a la imposibilidad de gestionarlos presencialmente. Esto supone un desaprovechamiento de recursos públicos y una barrera para el acceso igualitario a servicios esenciales.